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Dos reclusos escapan de la cárcel de Picassent mediante un audaz plan con barrotes y una sábana | España | EL PAÍS

Dos reclusos del Centro Penitenciario Valencia II, ubicado en la localidad de Picassent, lograron escapar en la noche del sábado, empleando sábanas para descender, romper los barrotes de una ventana y forzar un portón de acceso al recinto. Esta información fue adelantada por Las Provincias y corroborada por fuentes penitenciarias para EL PAÍS. La fuga tuvo lugar entre las 21:00 horas, momento en que se llevó a cabo un recuento en el que ambos aún se encontraban en sus celdas, y las 23:00 horas, cuando se realizó la primera ronda nocturna de seguridad, momento en el que se constató su ausencia, según han indicado fuentes de Instituciones Penitenciarias. Los reclusos son dos condenados por delitos relacionados con la propiedad, originarios de la Comunidad Valenciana, que se hallaban recluidos en el módulo 2, destinado a internos considerados conflictivos.

Según la primera reconstrucción de la fuga, los dos internos consiguieron abandonar sus celdas y, tras forzar los barrotes de una ventana haciendo palanca con una barra, se descolgaron hacia el patio con una soga que habían fabricado con sábanas. Una vez fuera, acudieron al portón por el que entran las mercancías en el centro penitenciario y, tras forzarlo, abandonaron el recinto. Su salida no fue detectada por los efectivos de la Guardia Civil responsables de la seguridad del recinto. Instituciones Penitenciarias se ha limitado a afirmar que los hechos fueron puesto en conocimiento de las Fuerzas de Seguridad para iniciar la investigación que permita su arresto. Tras conocerse la huida, un portavoz del sindicato Acaip-UGT, el mayoritario entre los funcionarios, denunciaba que la cárcel de Picassent “está obsoleta. Las instalaciones son viejas y muchos sistemas de seguridad pasiva no funcionan. Actualmente no tiene condiciones para albergar a internos con perfiles conflictivos”, añade a este diario.

Con esta doble fuga, ya son 24 el número de evadidos en las cárceles españolas desde 2003, según la estadística oficial de Instituciones Penitenciarias. Esta cifra de fugados representa una mínima parte de los quebrantamientos de condena registrados estos dos últimos decenios ―más de 10.000, según una estimación de este diario a partir de varias respuestas parlamentarias del Gobierno―. Tres cuartas partes de esta cifra las protagonizaron reclusos que aprovecharon el disfrute de un permiso para no regresar a prisión. Otra parte se produjo durante salidas de los reclusos para acudir a los juzgados, cuando están ingresados en centros hospitalarios o al realizar una actividad cultural fuera de la cárcel. La población reclusa en España era a finales de noviembre de 59.513 personas, aunque al año pasan por ellas en algún momento cerca de 80.000, según detallan fuentes penitenciarias.